México ha vivido una inestable, trasgredida y accidentada historia en la manufacturación de su sistema; falaz representación, represión sin causa, confuso proceder, fraude, autoritarismo, hegemonía y crisis, han marcado cada etapa de la memoria mexicana.
Increíblemente el país sigue dirigido engañosamente por élites, en un sistema político que se hace llamar democracia donde el poder ha sido manejado turbosamente, donde se permitió que la capacidad de un “dedo” se convirtiera en la apócrifa decisión de un pueblo y donde los medios han influenciado la aceptación de tal imposición a la sociedad.
Sabiendo que la presidencia de la república casi como tradición estuvo en manos del Partido Revolucionario Institucional y sus antecesores, no logro comprender como 70 años no sirvieron para denotar a la nación la ilegitimidad de nuestro gobierno, conforme a lo establecido en nuestra ley suprema, ni como se permitió que dicho grupo se erigiera como dueño soberano del estado, de su ideología y de su política.
Teóricamente el país se rige por lo inscrito en La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que indica específicamente en el artículo 40:
Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una Federación establecida según los principios de esta Ley fundamental.
Textualmente la constitución señala que México es una democracia, y democracia en pocas palabras es donde el pueblo gobierna; sin darse cuenta la población que la situación real es un oculto control en manos de altas esferas económicas, políticas o aristocráticas; prácticamente el poder ha pertenecido a patrocinadores capaces de prescindir de la participación ciudadana y de actuar sin importar repercusiones, siempre buscando intereses propios.
Mi reflexión entonces apunta hacia una hipótesis que se adapta más a la definición de oligarquía, que en mi personal punto de vista es la realidad del estado mexicano.
La oligarquía es un grupo minoritario de personas, pertenecientes a una misma clase social, generalmente con gran poder e influencia que dirige y controla una colectividad o institución.
Con esto, un cuestionamiento más profundo se devela ¿por qué ocultar la situación si vivimos en una oligarquía?
El mundo actual es visionario y protestante, por ello nuestro gobierno se ha encargado de encubrir ideas como esta, el escenario vigente se fatalizaría sin la narcotización de la que somos víctimas, los plantones consecuencia del desacuerdo en los resultados de las elecciones del 2006 para presidente de la república son solo una muestra del poder de convocatoria de la protesta civil; y precisamente eso es lo que evita el régimen.
Los medios principalmente electrónicos se han encargado de mitigar esta resistencia, convenciendo al país de que lo que ocurre es lo adecuado, de que las decisiones tomadas por el gobierno son las correctas y de que la misma población gobierna e interviene; así evita la sublevación del pueblo, al exponernos cínicamente como un ente activo, participativo e influyente en la toma de decisiones del país, la oposición disminuye al mismo tiempo que se fortalece la creencia de ser parte fundamental de la democracia.
Además una oligarquía por definición posee estándares éticos posiblemente dudosos, con diversos medios de legitimación, que tienen como piso el poder acumulado y el símbolo histórico que haya significado la sucesión que les dio fuerza, como se percibe en nuestro país y lo cual respaldan los medios de comunicación masiva al mismo tiempo que lo encubren.
“Con dominio continuo, memoria borrada y rebelión disipada, presiden a lo alto con legitimidad fuera de la Constitución sin importar la desaprobación del pueblo, subyugando la capacidad de las leyes, de la constitución e incluso de la nación”.
Alternativa Periodistica
Más que un objeto mercantil con futuro insierto; esperanza hipotética.
¿Un mundo real o aparente? ¿Realidad o enfoque?
No pretendo generar verdad sino buscarla, no intento crear opinión sino cuestionamiento, tampoco sobreestimar mi primer experimento.
¿Un mundo real o aparente? ¿Realidad o enfoque?
No pretendo generar verdad sino buscarla, no intento crear opinión sino cuestionamiento, tampoco sobreestimar mi primer experimento.
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1 comentarios:
Y què podemos hacer nosotros para acabar con esta oligarquìa?...seguramente no apoyarla, o por lo menos pensar en decisiones con mayor criterio y no solo por la inercia.
Felicidades Ayde por tu blog!, buena forma de iniciar...y ojalà estemos en contacto contìnuo.
un abrazo!