¿Enfoque o realidad?

Por: Aidé Vázquez y Alejandra Valenciano

Lucha contra la segregación

En México la Constitución de forma explícita en el primer artículo prohíbe la discriminación, sólo debajo de garantizar los derechos a todo individuo en el territorio nacional; el estado muestra como prioridad la igualdad entre los mexicanos y evitar la discriminación. Pero, ¿bajo qué parámetros o rubros? ¿Qué se considera discriminación y cómo se ataja?

Discriminación: “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas. También se entenderá como discriminación la xenofobia y el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones.” (CONAPRED)

México pertenece a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y comparte el compromiso político de los países adheridos por combatir la discriminación y promover la igualdad de oportunidades en el trabajo.

En la Conferencia Internacional del Trabajo realizada en 2007, se aconsejo a los países miembros de la OIT legislar eficazmente para combatir la discriminación y contar con organismos de defensa y atención al problema.

Nuestro país cuenta con un organismo descentralizado, de defensa y prevención, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), dotado de personalidad jurídica propia es capaz de atender denuncias por presuntos actos discriminatorios y realizar acciones de concientización, apegándose a lo inscrito en la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual promueve la igualdad y prevé medidas para vigilar el desarrollo en la erradicación de cualquier forma de discriminación.

A pesar de la legislación y las labores de erradicación de cualquier forma de segregación, la discriminación se manifiesta diariamente y por innumerables causas.


En el Trabajo
¿Preferencias o discriminación?


Las empresas o patrones tienen el poder elegir a quien emplean, evidentemente procuran contratar a los más inteligentes, fuertes, jóvenes o simplemente a los más aptos, estas exigencias laborales apartan y diferencian a la población económicamente activa ¿dónde termina el derecho de las empresas de procurar su desarrollo? ¿Qué condiciones pueden separar a los individuos de la oportunidad de trabajo?

Preferir a un solicitante sobre otro debe sólo justificarse por el progreso de la empresa, no por las características físicas o raciales, de género, religión o preferencias sexuales; además el trato injusto del empleador a los empleados, y la diferencia en la remuneración de un mismo trabajo son formas de discriminación enmarcadas en el ámbito laboral.

El fenómeno de la discriminación laboral es huidizo por ello difícil de señalar, cuantificar y atajar, aún más cuando en algunos casos intenta ser justificada o se vuelve cotidiana.

En contra de la labor femenina

La forma más común de discriminación laboral es la ejercida hacia el género femenino. A pesar de representar el 37.5 % de la fuerza laboral en México (hasta junio del 2006), y haber demostrado su gran capacidad intelectual participando de manera activa en importantes movimientos artísticos, sociales y políticos; las mujeres siguen siendo las más vulnerables a sufrir discriminación en sus distintas facetas, acentuándose especialmente en la etapa de embarazo.

Actualmente el nivel educativo y la capacidad personal para desempeñarse en el ambiente laboral son insuficientes para que exista una plena equidad de género. En el informe del año 2007 La Organización Internacional Del Trabajo (OIT) revela que en todo el mundo las mujeres siguen percibiendo salarios inferiores a los de los hombres por realizar las mismas actividades; esto sin agregar las labores domesticas que a lo largo de los años les han sido atribuidas por la propia sociedad como obligatorias y exclusivas del sexo femenino.

Además de las evidentes y conocidas formas de discriminación en el país, existen otras aplicadas de manera más sutil e indirecta, un ejemplo de ello son las madres que por la falta de servicios adecuados, se ven obligadas a someterse bajo horarios y condiciones laborales, que les impiden a ellas y a los suyos gozar de una óptima calidad de vida.

En cuanto a esto, la OIT propone no sólo respetar los derechos de equidad por ley establecidos, sino también aplicar políticas con visión familiar que beneficien tanto a hombres como a mujeres, independientemente de su condición conyugal o familiar. Prestaciones acorde a sus necesidades, como guarderías y jornadas parciales, para que de esta manera puedan realizar sin mayores complicaciones su labor maternal, sin que esto frene su desarrollo profesional.

Además de la CONAPRED existen otros organismos no gubernamentales enfocados a eliminar prejuicios y actitudes que impiden a las mujeres desarrollarse plenamente en el sector laboral. Algunos de ellos son: la Red de mujeres sindicalistas y Mujeres trabajadoras unidas. Que Mediante capacitación y asesorías buscan la igualdad de oportunidades entre trabajadores y trabajadoras. Ofreciéndoles información para que puedan discernir, reclamar y defenderse en caso de ser victimas de alguna injusticia en lo que a su trabajo respecta.

La falta de legislación adecuada e ineficiente aplicación de la existente, arraigados prejuicios culturales y sociales, deficiente uso del presupuesto por parte de las instituciones dedicadas a combatir la discriminación, son sólo algunos de los obstáculos que impiden ganar la lucha contra la discriminación laboral de género. Resta una ardua tarea por realizar, en la que conjuntamente deben trabajar empresarios, sociedad y gobierno.